El momento tan ansiado llega y se miran a los ojos por primera vez. Tu bebé está en tus brazos y comienzas a sostenerlo a este lado de la piel. Y junto con ese nacimiento comienza también una nueva vida en ti, ahora de una mujermadre. Comenzando así tu matrescencia, un momento que merece apoyo y compañía, porque es un período de gran desequilibrio emocional. Una despedida a una antigua yo para dar la bienvenida a un transformador y desafiante proceso: comenzar a maternar. Un proceso que no puede ni debe transitarse sola.
Y es que estamos atrapadas entre dos culturas: la antigua, una que daba identidad y valor al hecho materno, pero que llevaba implícito el sometimiento sexual y económico al hombre y la actual que otorga libertad y autonomía, pero que al desear y asumir esta maternidad, terminamos relegadas a circunstancias confusas de soledad y aislamiento. Pero.. ¿y si nos acompañáramos de quienes también se encuentran transitando este proceso? Invitándonos a crear un espacio para sentir y soltar juntas... permitiendo ser acompañadas.
Este podría ser el comienzo de un escenario más amoroso, porque el caos que se transita, dejando atrás una vida, pidiéndote meses de pausar todo para dar, sentir y entregarte a tu bebé, mientras hemos estado acostumbradas a cumplir con mucho cada día, evadiendo nuestro ser haciendo, sumado a una gran tormenta de emociones que se va aperturando día a día a través de maternar, definitivamente no puede transitarse sola.
Hoy tenemos la responsabilidad de crear juntas un escenario de maternidad diferente, porque sosteniéndonos podremos entregar hacia nuestros hijos desde un lugar más amable, intentando juntas ir dejando atrás la sensación de sacrificio para ir acercándonos al disfrute y a la libertad maternando.
Porque si el amor materno es el origen de todas las demás formas de amor, ¿cómo nos cuidamos y nutrimos nosotras para poder derramar esto luego en nuestros hijos, hijas y nuestro alrededor?
Acompañarnos es cuidarnos y cuidarnos es necesario para cuidar a otro ser.
Y como dice Laura Gutman: “Necesitamos reinventar un esquema antiguo, pero con parámetros modernos… Es responsabilidad de todas las mujeres reconocer que necesitamos volver a juntarnos, que si funcionamos colectivamente, la maternidad puede resultar mucho más dulce y suave”.
Permitir la compañía para no perdernos en el cansancio y el agobio cotidianos. Escuchar palabras de otras mujeresmadres que nos ayuden a nombrar tantas sensaciones ambivalentes que cuestan comprender. Abrazos para sentirnos nutridas y amadas entre tanto llanto y noches sin dormir. Nuestra tribu hoy, aquí y ahora. Vamos a recordarlo juntas. Hoy podemos hacerlo diferente, súmate a las propuestas que irás encontrando en @mimatrezencia, hoy te invito a que lo hagamos posible.
- Aneschka Babaic Levill
Mujermadre, Trabajadora Social y Fundadora de Mimatrezencia